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F1: Overreactions del Gran Premio de Mónaco

La habitual cita en el Principado ofreció pocas emociones a los aficionados de F1, a pesar del cambio de reglas.


La temporada de Fórmula 1 llegó a su parada más esperada, la de Mónaco, y a pesar del glamour, de los visitantes distinguidos y de algún ajuste a las reglas, el guión no cambió demasiado respecto al año anterior y a lo que ha sucedido en las últimas ediciones de la clásica cita.

Sólo se modificó el nombre del ganador y un nuevo piloto alcanzó uno de los hitos más importantes del automovilismo a nivel mundial, pero para el resto de la parrilla también hubo conclusiones antes de reencontrarse el viernes en Barcelona; estas son las overreactions del Gran Premio del Principado:


La F1 tiene un problema a resolver

Una semana después que dos de los protagonistas del campeonato, el monarca vigente Max Verstappen (Red Bull) y el líder Oscar Piastri (McLaren) salieran en defensa de la preservación de los viejos circuitos en el serial, a propósito de Monza, llegó el turno para correr en otro, en Mónaco.

Tras lo sucedido en 2024, cuando una bandera roja provocó que no hubiera detenciones en pits y escasearan las emociones, la F1 decidió que esta vez fueran obligatorias dos paradas para intentar revertir la situación, pero esto no sucedió porque los equipos construyeron estrategias para evitar que la regla influyera en un mayor espectáculo.

Esto plantea un problema para la categoría, que debe buscar el equilibrio entre ofrecer pruebas atractivas, pero respetar las tradiciones de 75 años de historia, porque un evento como el de Montecarlo no puede quedar fuera del calendario, pero tampoco puede convertirse en un desfile de carros.


Norris salió fortalecido, aunque no pareció

El británico Lando Norris (McLaren) terminó la competencia en Mónaco apurado por el local Charles Leclerc (Ferrari), después que Verstappen le cedió la punta para la última vuelta, lo que provocó una reacción extraña a su victoria, aunque más tarde reconoció que había cumplido uno de sus sueños.

El inglés hizo la tarea desde el sábado, cuando se quedó con la pole position y luego resistió el giro inicial en ese lugar para quedarse con su primer triunfo desde el arranque de la campaña en Australia para reducir la distancia en la clasificación a sólo tres puntos de Piastri.

Durante el fin de semana, Lando demostró que también puede ser un conductor frío, que es consciente que en la calificación no se otorgan unidades y que, al día siguiente en carrera, más allá de tener la presión por delante y por detrás, puede dejar los errores de lado y ayudar a su reputación en el paddock.


Sí existe el trabajo en equipo

En el Gran Circo es habitual decir que el mayor rival de cualquier piloto es su propio vecino de garaje al tener el mismo monoplaza, lo que hace evidente las comparaciones; no obstante, el cambio de reglas para Mónaco al menos sirvió para demostrar la importancia del trabajo colectivo.

El primer ejemplo el domingo fue el del neozelandés Liam Lawson, que aprovechó haber llegado hasta la Q3 para mantener por detrás a los Williams y los Mercedes y darle espacio suficiente a su coequipero en RB, el francés Isack Hadjar para hacer sus dos paradas en pits; al final, la escudería consiguió 12 puntos.

La otra demostración llegó en Williams, donde tanto Alex Albon como Carlos Sainz se sacrificaron el uno por el otro para dejar en cero a los Mercedes, provocar la desesperación del inglés George Russell y sumar tres unidades para la fábrica de Grove, sin riesgo de ruptura interna porque el español le devolvió la posición al tailandés.


Alpine no tiene un plan

Apenas dos fechas en Fórmula 1 han servido para demostrar que el problema en Alpine no eran el volante australiano Jack Doohan ni el director Oliver Oakes, quienes perdieron sus empleos tras la competencia en Miami para que Franco Colapinto regresara a las pistas y Flavio Briatore al poder.

En Emilia Romagna, Colapinto cometió un error en calificación, mientras en carrera el mejor ubicado fue el francés Pierre Gasly en 13º; en Mónaco ambos quedaron eliminados en Q1 y el domingo, el galo chocó y el argentino terminó en el mismo sitio 13 para otro fin de semana de pesadilla.

La escuadra francesa sólo está por delante de Kick Sauber en el campeonato, con un tanto de ventaja, pero al menos los suizos tienen como pretexto que viven un año de transición, a la espera del arribo oficial de Audi en 2026, mientras que su rival no parece tener un plan claro para el futuro.


Alonso necesita una limpia

En Imola, tras un auto de seguridad, el español Fernando Alonso dijo por la radio que era el piloto “más desafortunado del mundo”, al quedarse fuera del Top-10 después de arrancar en el quinto puesto; esa suerte tampoco se alteró en Mónaco, cuando el veterano abandonó en la vuelta 36 por un problema de motor.

El ibérico todavía no inaugura su casillero esta temporada, una situación que comparte con Doohan y Colapinto, además del brasileño Gabriel Bortoleto (Sauber), mientras que su compañero en Aston Martin, el canadiense Lance Stroll tiene 14 puntos, para sostener a la escudería en la octava ubicación.

Alonso no registra unidades desde el cierre del 2024 en Abu Dabi, cuando fue noveno y en el Principado cumplió su octavo evento en blanco, la peor racha desde los 11 Grandes Premios en cero que acumuló entre el cierre del 2015 y el inicio del 2016, cuando todavía militaba en McLaren; el asturiano necesita renovar la energía al aterrizar en casa.

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