<
>

Thunder de Shai y Bulls de Jordan: semejanzas y contrastes

play
Thunder gana el título, exigido hasta el final por los Pacers (2:36)

Indiana supo reponerse de la pérdida de Tyrese Haliburton, pero Shai Gilgeous-Alexander salió al rescate del Thunder para ganar el campeonato. (2:36)

¿Qué similitudes tiene el Thunder actual con los Bulls de 1991? Una estrella, escuderos, una oficina central que se armó en el draft y algo más.


Una vieja frase pronunciada por el arquitecto que construyó el último equipo campeón de la NBA, resulta hoy reveladora y premonitoria. Estaba por comenzar la temporada 2020/21 cuando Sam Presti se encontraba en plena tarea, una vez más, de reconstruir un equipo que había tenido presencia en los playoffs en 10 ocasiones en las 11 temporadas previas.

En medio de la agencia libre en julio del 2020, llegó al Thunder un joven con potencial llamado Shai Gilgeous-Alexander como parte del cambio de Paul George a LA Clippers. En una decisión en paralelo, el gerente general elegía a Mark Daigneault como el entrenador en jefe con la idea de que todo el equipo creciera con él.

Fue entonces cuando se le escuchó decir que “cuando clasifiquemos a una postemporada, quiero que sea un arribo para siempre y no una aparición pasajera”.

En los primeros tres años, ni siquiera pudieron tener marca ganadora, pero el ascenso era palpable. Tan evidente fue el crecimiento en las siguientes dos temporadas que hoy se habla de Oklahoma City Thunder como el nuevo campeón de la mejor liga de baloncesto del planeta. Y hasta se debate si este título quedará como un triunfo aislado o podrá ser el que marque el inicio de una nueva dinastía.

Si nos retrotraemos a la década del 90, descubriremos que Chicago Bulls de la mano de Michael Jordan conseguía por entonces el primer campeonato de su historia y le daba nacimiento a una de las dinastías más recordadas de la NBA al ganar 6 títulos en 8 temporadas.

Si bien las comparaciones son odiosas, uno puede caer en la tentación de buscar similitudes y diferencias entre estos dos equipos. Pero esta vez, más que comparar a estos equipos para determinar cual de los dos es el mejor, nos enfocamos a tratar de encontrar respuestas a preguntas como estas: ¿Qué tan parecidos o diferentes son estos equipos? ¿Qué atributos los unen y cuáles son los que los separan?

A jugar entonces.

La estructura

Un punto de unión entre ambos puede ser el armado del plantel. Tanto Jerry Krause (Bulls) como San Presti (Thunder) fueron uniendo el equipo alrededor de una figura central. Los dos arquitectos buscaron armar un grupo en base a una cultura que garantizara continuidad a pesar de los cambios que podrían producirse. Los dos apostaron por un núcleo joven (algo más evidente en OKC que en Chicago) que pudiera crecer en una cultura ganadora y competitiva.

Además, estos dos equipos se caracterizaban por tener en su armado un líder definido, un escudero, una banca productiva y un entrenador que le diera al plantel una identidad definida. Primera coincidencia.

Un líder dominante

En este ítem encontramos similitudes y diferencias. Entendiendo que sobre la espalda de Su Majestad Michael Jordan descansaba la posibilidad de que aquellos Bulls se convirtieran en algo grande, el talento de Shai Gilgeous-Alexander es hoy el principal sostén de este Thunder campeón.

Corresponde decir que la primera gran diferencia está en que Jordan fue más talentoso, carismático y con mayores logros que Shai, pero ese no es el tema central de discusión.

La estadística aquellos playoffs de la temporada 90/91 le dan clara ventaja a MJ. Los Bulls solo perdieron dos partidos en la postemporada mientras que el Thunder perdió siete. Jordan promedió 31.1 puntos por juego con un 52.4% en tiros de cancha (38.5% en triples) contra los 29.9 PPJ de Gilgeous-Alexander con el 46.2% de cancha. Michael tuvo mejores promedios que Shai en rebotes (6.4 contra 5.3), asistencias (8.2 contra 6.5) y robos (2.3 contra 1.6).

Sin embargo, aún en estos contrastes abrumadores entre lo conseguido por un rey u otro, también encontramos semejanzas: los dos fueron elegidos como el MVP tanto de la temporada regular como de las finales, compartieron el título de mayor anotador en la NBA y, lo más importante, ganaron el campeonato.

Los escuderos

Por estos días escuchamos hablar sobre cuanto se parece el rol de Jalen Williams con el Thunder con el de Scottie Pippen en los Bulls. Ellos fueron los escuderos de su respectivo rey. El segundo violín de una orquesta afinada. Si el líder necesitaba un descanso, eran ellos los que asumían el protagonismo y la responsabilidad de mantener el barco a flote. Y lo supieron hacer con creces.

Con aportaciones anotadoras en playoffs muy similares (Scottie promediaba 21.6 PPJ y Jalen llegó a los 21.4 PPJ), el escudero de los Bulls sumó mejores estadísticas (8.9 contra 5.5) asistencias (5.8 a 4.8) y robos (2.5 a 1.4).

Como puede verse: aún con roles similares al igual que su posición en la cancha, pueden encontrarse diferencias entre ambos.

La tercera rueda y la banca

Horace Grant y Chet Holmgren comparten funciones parecidas aun con estilos de juego disímiles. Aquel alero fuerte de los Bulls de la 90/91 cumplió a la perfección aquello de ser el tercer jugador más importante del equipo. Sus 13.3 puntos, 8.1 rebotes, 2.2 asistencias de promedio por juego y una efectividad en sus lanzamientos del 58.3%, así lo certifican.

La tercera vía de gol del Thunder fue Chet Holmgren, quien promedió 15.1 puntos por juego, 8.6 rebotes y 1.9 tapones, siendo tan importante en el costado ofensivo de la cancha como en la defensa de su aro.

Por el lado de las bancas, ambos conjuntos pueden presumir de contar con buenos jugadores de recambio que permitieran cambiar el juego en momentos que se los necesitaba y de mantener la intensidad en ambos costados de la duela cuando fuera necesario. BJ Armstrong en aquellos Bulls y Alex Caruso en este Thunder, fueron los líderes de las bancas que, sin duda, tuvieron mucho impacto a la hora de alcanzar el objetivo de coronarse campeones.

Estilo de juego

Es obvio que las diferencias entre los estilos saltan a la vista. Aquellos Bulls eran los maestros a la hora de ejecutar la ofensiva triangular que en el papel había creado Tex Winter y que Phil Jackson se había encargado de ejecutarla en la cancha.

Oklahoma City Thunder, en cambio, podían jugar de diferentes maneras sin aferrarse a una receta principal: con doble poste, formaciones bajas, con tiradores de tres puntos, pasando el balón o haciendo aclarados para aprovechar el uno contra uno cuando la ocasión fuera propicia.

Sin embargo, lo que los une fue la intensidad defensiva. Ninguno de los dos equipos negociaba esa cualidad, así como tampoco lo hacía con la lucha por ganar rebotes y con la determinación de defender cada ataque rival como si fuera la jugada decisiva para ganar el partido.

Las estadísticas, más allá de que el número más alto lo tiene el Thunder, certifican los enunciados anteriores. Mientras los Bulls tenían un rating ofensivo de 114.6 puntos por cada 100 posesiones y otro defensivo de 105.2, las estadísticas del Thunder establecen que su rating fue de 120.3 puntos por cada 100 posesiones, mientras que el defensivo fue de 107.5, el mejor de la NBA en la temporada recientemente finalizada.

Conclusión

Terminado el juego de las diferencias y las similitudes entre el Chicago Bulls campeón de 1991 y el Oklahoma City Thunder del 2025, resulta válido hacerse algunas preguntas que solo el futuro nos traerá la respuesta.

Puede el Thunder encadenar títulos en el futuro inmediato como lo hicieron los Bulls?

¿Será éste nuevo campeón un equipo que pueda ser recordado como uno de los mejores a lo largo de la historia o solo será flor de un día?

Dicho de manera más clara y contundente: ¿Podrán Shai Gilgeous-Alexander, Mark Daigneault y Sam Presti emular la obra de Michael Jordan, Phil Jackson y Jerry Krause?

Más que aventurar una respuesta definitiva, si se vale pensar que el paso que acaban de dar los tres pilares del Oklahoma City Thunder campeón, es muy similar al que dieron los creadores de aquella dinastía de Chicago Bulls.

A modo de conclusión, las palabras de Bobby Marks, el especialista de ESPN en materia salarial, al inicio de la temporada que acaba de terminar, pueden arrojar un poco de luz a nuestra búsqueda. Cuando aquella vez le preguntamos si después tener seis campeones diferentes desde 2019 era necesario declarar que las dinastías en la NBA se habían terminado, su respuesta fue contundente.

“Creo que será más difícil formar una”, dijo Marks. “Aunque también pienso que Oklahoma City podría ser la excepción a la regla. Ciertamente, si ganan el campeonato ahora, la plantilla se volverá más cara, pero tienen tantas selecciones de draft acumuladas que pueden seguir haciendo girar la rueda y ganar más campeonatos. Por lo tanto, OKC podría ser la excepción”.

¿El Thunder llegó a la Gloria para quedarse o habrá sido un arribo pasajero

¿Sumarán más campeonatos como aquel Chicago de 1991 o será una flor de un día?

¿Los recordaremos como un equipo que solo ganó un título o como una dinastía?

¡Salgan y hagan sus apuestas, ciudadanía!

OSZAR »