El cronómetro del TD Garden marca que restan 8 minutos con 40 segundos para el final del segundo partido de las semifinales de la Conferencia Este de los playoffs de la NBA entre Boston Celtics y New York Knicks. Jayson Tatum asiste a Payton Pritchard y el mejor sexto hombre de la temporada conecta un triple que pone el marcador 84-68 en favor del equipo local.
Si bien la máxima ventaja para los hombres de verde había sido de 20 puntos, esta diferencia de 16 resulta confiable.
El triple de Pritchard es el décimo que convierten los Celtics en 33 intentos hasta el momento. También será el último, ya que luego fallarán los 7 siguientes en un cierre de partido lamentable.
El propio Pritchard en dos ocasiones, Al Horford, Derrick White un par de veces, Tatum y Jaylen Brown prueban desde larga distancia y no aciertan durante ese fatídico lapso para Boston en el que los Knicks protagonizan una racha de 23-6 para revertir la historia y quedarse con la victoria por 91-90.
El triple, ese recurso ofensivo que guio al equipo de Joe Mazzulla al título en la campaña pasada, hoy es un arma de doble filo. El entrenador más joven en conseguir un anillo desde 1970 exacerbó la estrategia en la era del triple. Movió el límite hasta lo impensado. Lo llevó hasta un punto de no retorno. La confianza ciega en el tiro de tres puntos puede hacer que choque de frente contra la pared. Y él decidió acelerar.
En las dos derrotas de esta eliminatoria frente a los Knicks, que en ambos encuentros resurgieron de una desventaja de 20 puntos, los Celtics recurrieron al triple de manera excesiva: intentaron 100 y acertaron solo 25.
Boston es el primer equipo en una postemporada de la NBA que intenta al menos 40 triples en partidos consecutivos y convierte el 25% o menos en ambos.
Está claro que con esa puntería desde larga distancia es muy difícil ganar. También es cierto que en ambos juegos estuvieron muy cerca, con una caída en suplementario y otra por solo 1 punto y con el liderazgo constante hasta que restaban menos de 2 minutos.
Boston no duda en tomar cada posibilidad que tiene para tirar de tres. Como en esa ofensiva del segundo cuarto en la que lanza una, dos, tres veces hasta que la emboca Brown. Como en esos siete ataques del último período en los que, aunque falla y ve cómo se acerca New York, no se desvía del plan.
Es el camino que recorrieron los Celtics para ser segundos en el Este en la fase regular con cifras récords en triples para la historia de la NBA en intentos (3.955), conversiones (1.457) y fallos (2.498).
¿Las dos derrotas como local en el inicio de las semifinales del Este harán que Boston cambie el rumbo? Es poco probable que suceda. Ganará o perderá en su ley.
Los récords de triples de los Celtics en el primer partido de la serie
Tanto los 60 lanzamientos de tres puntos intentados como los 45 fallados por los Celtics en la derrota inicial de la eliminatoria contra los Knicks fueron marcas récord para la historia de la NBA en un partido de playoffs.
Boston tiró muchos más triples (60) que dobles (37) en esa caída en la que tuvo dos veces una ventaja de 20 puntos en el tercer cuarto.
En el último cuarto, el registro fue para el olvido: 2 aciertos en 15 intentos.de tres puntos.
Una calamidad.
Boston tiró menos, pero no mejoró el porcentaje en el segundo juego
Frente a los 60 del primer encuentro, los 40 intentos de triple del segundo parecieron pocos. De hecho, fueron menos que los que Boston promedió en la temporada regular. El problema fue el mismo que el lunes: el pobre 25% de acierto.
En ventaja o en desventaja, la mira siempre estuvo torcida. Ya en la primera mitad habían convertido apenas 5 de 21. Por quinto partido en estos playoffs, los Celtics apenas metían 5 triples en el primer tiempo. La misma cantidad de veces que en los 82 juegos de serie regular.
La historia no mejoró. El cuarto período volvió a ser lamentable en este rubro, con 2 de 11, y la derrota golpeó fuerte. Muy fuerte.
Boston irá al Madison Square Garden con la obligación de ganar, al menos, un partido para no terminar de manera abrupta su campaña. Lo intentará tirando triples, esa es la única certeza que tiene.
El triple será la salvación de los Celtics. O su condena.