No cualquiera sale decidido a comerse el mundo y arrebatarle el show al mejor jugador del mundo como lo hizo este lunes el local Arthur Rinderknech (75°), que utilizó todas las artimañas posibles para entretener al público y sacar del partido al italiano Jannik Sinner (1°) por momentos en el duelo de primera ronda en Roland Garros.
En el último turno de la Philippe Chatrier, el nacido en Gassin, de 29 años, lució completamente desinhibido desde un principio, tal como si estuviese jugando un partido más en su carrera, al ensayar puntos de gran factura, festejar de modo escandaloso, saludar a famosos presentes en primera fila y hasta incluir una broma a la umpire no del todo agradable.
No obstante, el finalista en el ATP de Adelaida II 2022 recién dejaría su primera huella importante sobre el polvo de ladrillo francés en el comienzo del segundo set, cuando se desplazaría de lado a lado para devolver los sendos intentos del vigente subcampeón del Abierto de Australia, subiendo hasta la red para soltar un golpe no look, engañar a su contrincante y regresar al fondo de cancha de espaldas, emulando el popular paso de baile Moonwalk de Michael Jackson, para desatar la algarabía de los fanáticos.
Cerca del cierre de la segunda manga, el dueño de seis títulos Challenger volvería a ganarse la atención de todos aunque de una mala manera, luego de que el líder del ordenamiento conectara un winner letal cerca de la línea, pidiéndole a la jueza de silla del encuentro en diferentes oportunidades que bajara a revisar la marca, la cual borraría una vez que se dirigiera para ganarse algunos tímidos abucheos.
El tercer parcial sería la última ocasión del gigante galo, de 196 centímetros de estatura, para extender el desenlace, logrando adelantarse 4-0 en el marcador para ilusionarse con la remontada a través de un passing paralelo galáctico, abriendo los brazos y gritando desaforadamente para recibir los aplausos de los orgullosos espectadores, así como se adueñaría de un volea en la red, que en la repetición se vería que sería doble toque.
La frutilla del postre de Rinderknech, que finalmente sufriría la letalidad de Sinner al caer 6-4, 6-3 y 7-5, consistiría en acercarse hacia uno de los palcos y estrecharle la mano al futbolista Ousmane Dembelé, el cual el próximo sábado jugará la definición de la UEFA Champions League.
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