La lesión de Tyrese Haliburton es preocupante para Rick Carlisle y los Pacers, y quizás lo es más su inefectividad del Juego 5.
OKLAHOMA CITY -- A veces hay que proteger a los jugadores de sí mismos.
No envidio estar en los zapatos del entrenador de los Indiana Pacers, Rick Carlisle, de cara al Juego 6 de las Finales de la NBA.
Un líder de equipo tiene que encontrar el balance entre ser fieles a quienes lo ayudaron a llegar a un momento culminante, y no olvidarse del bien colectivo.
"Mientras pueda caminar, voy a jugar", sentenció Tyrese Haliburton, quien tiene una contractura en el gemelo, que evidentemente lo limitó en el Juego 5.
Entiendo a Haliburton, porque nadie se quiere perder este tipo de partidos. También entiendo a Carlisle, porque no puedes sentar a tu estrella, que ha tenido una postemporada épica en los momentos decisivos en estos playoffs.
Sin embargo, no puedes dejar de lado la evidencia que te está golpeando en la cara.
Haliburton falló sus apenas seis intentos al aro --intentó uno solo en la segunda mitad--, cometió tres pérdidas, durante largos períodos se lo vio "estacionado" en una esquina, y nunca pudo imponer el ritmo que Indiana necesita para ser competitivo en esta serie.
Ahora tiene un par de días para recuperarse, y espero que el staff médico lo ayude a estar más cerca del 100 por ciento, pero el inicio del partido será fundamental para los Pacers y para Carlisle.
Los expertos en basquetbol analizan el juego 5 de las finales de la NBA, donde Oklahoma City Thunder tomó ventaja 3-2 en la serie contra Indiana Pacers.
Porque si Haliburton vuelve a mostrar las limitaciones que se vieron en el quinto juego, su entrenador va a estar obligado a mirar en otra dirección.
Y no lo hizo en el último cuarto del quinto juego, a pesar de que había sido el armador reserva T.J. McConnell, quien había sido el catalista de la recuperación, el que llegó a poner a los Pacers a dos puntos del Oklahoma City Thunder en el último cuarto.
McConnell impuso ritmo constante, no dejó que la defensiva del Thunder se estableciera, aportó 18 puntos y tuvo un impacto absoluto en el juego.
Fue curioso no verlo durante un largo período del último cuarto, incluso si no era por Andrew Nembhard, quien suele ser una garantía, pero tampoco tuvo un buen juego.
Indiana no puede ganar con ellos dos jugando en ese nivel, y si bien entiendo que McConnell necesitaba descanso tras ese tercer cuarto, la realidad es que no hay mañana para los Pacers.
Luego de que se pusieron a dos puntos, Nembhard se duerme y permite un rebote ofensivo, que luego terminó en triple para el Thunder, y luego una pérdida del propio Nembhard terminó en volcada de Oklahoma City.
Y así como los Pacers nos tienen acostumbrados a no rendirse, esa esperanza se transformó en partido definido.
La realidad es que más allá de la resiliencia de Indiana, el partido se jugó al ritmo del Thunder, que forzó 22 pérdidas, y anotó 32 puntos de esos errores.
Después del primer cuarto, el Thunder ya tenía más triples que en todo el Juego 4, y cuando quedaban ocho minutos por jugarse en el segundo cuarto, Oklahoma City ya tenía más asistencias que en el partido anterior.
Jalen Williams ha tenido tres partidos fabulosos de manera consecutiva, y Shai Gilgeous-Alexander es la constancia en su esencia más pura.
Ya sabemos que el Thunder es el gran favorito, pero Indiana una y otra vez ha desafiado los pronósticos, y ha probado estar a la altura de las circunstancias.
Ahora los Pacers no tienen margen de error, y necesitan de un Haliburton no limitado; Indiana tiene un récord de 8-0 cuando anota 20 puntos o más, y un registro de 6-7 cuando anota menos de dos decenas de tantos.
El base viene de su primer partido en su carrera en playoffs, en el cual no anota ninguna sola canasta, y debe ser un llamado de atención para Carlisle.
Los Pacers tuvieron un diferencial de -13 con Haliburton en cancha, y si no está en integridad de condiciones, Carlisle estará obligado a analizar otras opciones.
Después de todo, Indiana viene de perder partidos consecutivos por primera vez desde el 10 de marzo, y ahora genuinamente hay un refrán que se hace realidad:
No hay mañana para los Pacers.